Por Héctor Raúl Becerril Vilamil
El modelo educativo jesuita es uno de los más antiguos, lo cual le otorga una garantía de efectividad única, está conformado por un conjunto armónico e integrado de valores y experiencias pedagógicas cuyas características son: la utilidad, la promoción de la justicia y la formación humanista.
Estas características le otorgan una identidad única con respecto a otros sistemas educativos más convencionales.
En la prepa ibero, se promueve no solo tener un excelente nivel académico, sino formarse y prepararse para la vida mediante el trabajo colaborativo, de manera que se busca preparar a los alumnos mediante la difusión de los principios llamados las 4C´s, ser seres humanos conscientes, competentes, compasivos y comprometidos.
Con el apoyo de prácticas y asignaturas como servicio social y orientación educativa, el estudiante logra mediante experiencias como trabajo laboral o servicio en el campo, apreciar diversos estratos de la vida cotidiana, ampliando su experiencia y percepción de la vida.
Estos atributos permiten que los estudiantes puedan identificar las problemáticas que se presentan en la sociedad, pero sobre todo que puedan aportar soluciones que logren un cambio trascendental, más allá de si mismos.
La educación es la herramienta mediante la cual se otorgan las herramientas y los conocimientos necesarias para lograr llegar a las soluciones adecuadas mediante la creatividad y la innovación, empezando por personas que desarrollan sus capacidades intelectuales, emocionales y sociales, que benefician su relación humana y profesional.
Pero no todo es color de rosa, al ser un modelo educativo basado en los valores y el desarrollo humano, se puede llegar a dejar de lado la formación un poco más “científica”, centrándose en gran medida en las ciencias sociales.
Puede llegar a ser un gran reto para la mayoría de los alumnos, ya que la exigencia es alta y si no logras organizar tus tiempos y centrar tus esfuerzos en las actividades adecuadas, puede llegar a ser estresante e incluso convertirse en una mala experiencia.
Otro factor por considerar es el costo económico que representa estar en una institución de tan alto nivel y prestigio, los costos no son bajos y tampoco es fácil conseguir un apoyo económico o beca escolar.
Pero como dice el dicho popular, “lo que no te mata te hace más fuerte” el hecho de lograr adaptarse y sobrellevar con eficiencia las cargas de trabajo otorga una gran ventaja en ámbitos laborales y sociales, ya que te permite adaptarte mejor al cambio que supone el nivel universitario.
En conclusión, existen muchas ventajas al estudiar en una preparatoria que emplea el modelo jesuita, pero la decisión final de si vale la pena o no depende de factores más individuales, como las aspiraciones del individuo, sus intereses, ideologías y su propósito, lo que queda claro es que estudiar en la prepa ibero asegura un nivel académico adecuado y un desarrollo completo de los valores y la formación humana.
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